
Ahora están de moda los
libros en formato digital, y no hay nada de malo en ello. Todo lo contrario, para aquellas materias cuyo contenido cambia con cierta frecuencia, lo más recomendable son
los libros en formatos digitales, que se pueden visualizar tanto en ordenadores como en tablets, pero hay muchas materias cuyo contenido no cambia, y que para algunos que amamos los libros, los preferimos así. Cierto que un libro tiene los inconvenientes de un mayor precio, y el espacio que ocupa en casa, pero dejadme que yo prefiera
los libros en papel.
Por contra, hay libros que leo una vez y lo más probable es que no vuelva a leerlos al menos hasta pasados unos años, como por ejemplo las novelas. Para este tipo de libros, estoy comenzando a preferirlos en
formato de libro electrónico, y así en un único dispositivo (más lo que ocupen las tarjetas de memoria o discos duros donde los almaceno), tengo
miles de libros con fantasía, diversión y entretenimiento para décadas de mi vida. Espero que me de tiempo a leerlos todos, varias veces a ser posible.
Hay empresas en las que los libros forman incluso parte de la decoración, como pueden ser los despachos de abogados o las notarías, aunque también hay muchas familias que hacen eso mismo, y tienen
el salón lleno de libros de adorno, porque les preguntas por los libros y resulta que no los han leído. Muy mal.
Un libro está para ser leído, para ser disfrutado. Ese era el deseo y la intención del autor del mismo durante todo el proceso de su creación y posteriormente durante su comercialización.
Yo ahora me he aficionado a las
colecciones de libros que periódicamente ponen en el mercado los amigos de
Signo Editores. Vamos que hasta me he dado de alta en su lista de correo, para que me vayan enviando las
novedades editoriales.
¡Soy el monstruo de los libros!
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